Pero para los roleros como un servidor, el haba ha pasado a ser un objeto buscado. Cuando yo era pequeño, el haba era realmente una legumbre seca, de buen tamaño, con poco aprovechamiento y mayor rechazo. Pero un buen día 6 de enero, de repente descubrí que el haba que ponían en el roscón había mutado en un pedazo de cerámica pintado, al que se le habían añadido facciones. La cara pintada era lo de menos: de repente, se había vuelto imperecedero, limpio, funcional.

Aquí, la colección actual personal, al completo:

¿Y para qué la usamos? Pues no sé ustedes, pero a mí se me ocurrió como primer uso el representar una familia extensa de monstruos que puebla las mazmorras de los juegos de fantasía: babas, cienos, mohos y hongos.

Efectivamente, gracias a estos pedazos de barro cocido, monstruos como el púdin negro, el cieno gris, la baba marrón, etc. ya tienen una opción barata de ser representados más o menos correctamente. De todas maneras, recuerden que si les gustan las figuras hechas a mano de alto nivel, no dejen de visitar esta entrada de El d20 rojo. ¡Hágaselo usted mismo!